Criminalidad en el departamento de Sucre analisis geografico
autor:MAURICIO GIOVANNY ORTIZ DIAZ
autor:MAURICIO GIOVANNY ORTIZ DIAZ
Introducción
El conflicto
armado interno en Colombia es una guerra que se ha desarrollado desde la década
de 1960. Los principales actores involucrados han sido el Estado, las
guerrillas de extrema izquierda y grupos paramilitares de extrema derecha, como
también algunos carteles del narcotráfico y otras bandas criminales. Esta
guerra surge de un conflicto bipartidista que se gesta entre la década de los
40 y los 50, sin embargo desde esa época hasta hoy, son diversos los tipos de
enfrentamiento que ha atravesado el país. Las principales causas de este
conflicto se centran en la debilidad del Estado, la disputa por la posesión de
la tierra, los marcados sectores sociales y económicos y la persecución de la
población civil por su orientación política. Una cifra aproximada a la fecha
nos indica que las víctimas de este conflicto han sido unos seis millones de
personas. Estos grupos a lo largo de los años se han fortalecido y financiado
por la corrupción de la clase política del país y sus alianzas para conservar
el poder, lo que ha incrementado su actuación criminal.
De dicho
conflicto se desprenden altos niveles de violencia que impiden generar
condiciones de seguridad pública en Colombia, seguridad que nos costó años
entender, era necesaria proteger por encima de la seguridad estatal en cuanto a
combatir los actores opositores del conflicto. En razón a ello, el Estado
Colombiano ha pretendido en disímiles oportunidades y gobiernos, negociar
mediante acuerdos o pactos de paz con estos grupos armados; sin embargo como
bien lo han advertido académicos y como lo ha denotado la historia, si este
tipo de acuerdos “…No son manejados a partir de políticas públicas de
reinserción social y de administración de justicia adecuadas, los procesos de
reinserción de combatientes y de reconciliación social, luego de la culminación
de conflictos sociopolíticos como el colombiano, pueden terminar siendo
factores estimuladores de inseguridad pública, violencia y criminalidad. El caso de Guatemala, El Salvador y en menor
grado lo sucedido en Colombia con los grupos paramilitares es un ejemplo que
puede citarse para ilustrar dicha problemática” (Moser y McIlwaine, 2005;
Wielandt, 2006; Granada, Restrepo y Vargas, 2009; Grajales, 2011; Leal
Buitrago, 2011; Prieto, 2013; Hochschild, 2015).
En este momento
Colombia le aposto a decir sí a un plebiscito por la paz, motivo primordial por
el que desde ya debemos analizar la política criminal actual y empezar a
propender por refrendar el Derecho Penal y el Sistema Penal Colombiano, no para
la aplicación de éstos sobre los actores del conflicto que llegaren a un
acuerdo, pues en este punto tenemos claro que existe una Justicia Transicional
trazada para cumplir dichos objetivos; sino más bien para combatir la
criminalidad que a lo largo de los años ha afectado la seguridad pública en
términos de delincuencia común y otros, y sobre todo la que puede aumentarse o
no en el proceso del post-conflicto conforme al párrafo anterior.
Objetivo
Analizar la
necesidad de la creación de una nueva política criminal, que parta de un modelo
democrático y no arbitrario, en el que existan determinados límites garantistas
penales y procesales, impuestos por el sistema político y jurídico después de
un estudio dogmático de la realidad criminal del país, teniendo en cuenta la
geografía del delito, el derecho al territorio, memoria espacial, su
geohistoria,geografia del crimen y lo más importante la violencia del miedo,
apuntándole a un Estado Social de Derecho determinado por nuestra Constitución
Política en la que se propende ante todo por el respeto a la Dignidad Humana,
reforzando así mismo principios como el de legalidad, culpabilidad, carga de la
prueba, entre otros; y aplicando la geoprevencion, distinguiendo el derecho, la
moral, la pena y el pecado.
Problema Planteado
El Estado
Colombiano como se demuestra mediante la geografía del delito, los estudios
estadísticos criminológicos y de seguridad pública, ha creado políticas
criminales unilaterales, sin criterios dogmáticos suficientes y producto de
compromisos políticos y de presión social, que a la fecha no han dado una
respuesta efectiva ni eficaz ante la criminalidad que se comete en el país,
permeando así la seguridad pública a través de los años.
Argumentación
Fenómenos como
el narcotráfico y otros de delincuencia común, han deteriorado la seguridad
pública en Colombia, generando estadísticas preocupantes que perciben la
elevación de índices de violencia contra la vida y otros derechos. Como lo enseña
el análisis geográfico del delito del departamento de Sucre, en materia de
inseguridad, ha seguido la tendencia del país, sin embargo en comparación con
otros departamentos y con la nación, ha sido relativamente baja, lo que
preocupa aún más si nos detenemos a pensar en cuánto pueden elevarse las
estadísticas nacionales.
Adicional a esto, “Las fuentes analizadas
indican que el auge de los grupos paramilitares en la región y su
desmovilización ha sido el factor que más ha incidido en los cambios en materia
de seguridad pública registrados por Sucre en las últimas tres décadas.” (Reina
Victoria Vega Vega, Enoin Humamez Blanquicett. Seguridad pública y
criminalidad: el caso del departamento de Sucre en 2014), razón por la que es
dable pensar que nos encontramos en la coyuntura perfecta para iniciar un nuevo
proceso de creación de una política criminal, advirtiendo de antemano que conforme
a este estudio y otros, la política criminal actual no responde a las
necesidades criminales de Sucre ni del país.
Hallazgos y Conclusiones
· Colombia
se encuentra en un proceso de paz en el que es necesario entender que surgirá
una coyuntura especial en el país denominada post-conflicto en el que el Estado
Colombiano deberá de manera efectiva atacar la criminalidad y así mismo generar
seguridad pública en la nación.
· Durante
los últimos años en Sucre se ha visibilizado la alta criminalidad que se comete
en razón al narcotráfico y la delincuencia común como riñas entre pandillas,
así como se enfatizó que después de la desmovilización de los paramilitares de
la región se generaron cambios en materia de seguridad pública.
· La
seguridad pública debe entenderse como un servicio que brinda el Estado para
garantizar la integridad, los bienes, la armonía y los derechos individuales y
colectivos de los ciudadanos, y debe estar por encima de la seguridad que solo
propende por el aumento de militancia y el ataque del opositor en el conflicto
armado.
· Es
evidente estadísticamente que existe un modelo penal en la actualidad que no
responde a la seguridad pública que requiere el país, pues Colombia ha creado
políticas criminales unilaterales sin suficientes criterios dogmáticos que a la
fecha no han dado una respuesta efectiva ni eficaz ante la criminalidad del
país.
· Es
sumamente necesaria la creación de una nueva política criminal que vaya ligada
a derechos fundamentales como limites, a través de los cuales se maximiza la
libertad y se minimiza la arbitrariedad e impunidad de cara al Estado Social de
Derecho que determina nuestra Constitución Política.
· La
variable espacial se ha convertido en un elemento importante para la
comprensión de la violencia, así como la inseguridad lo es para el
entendimiento de la ciudad. Hay una relación dialéctica con determinaciones
mutuas con la organización Espacial.
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